Recién entramos a una de mis estaciones favoritas del año: el otoño.
Esta época es fabulosa pues evoca los mas dulces recuerdos acerca de como va concluyendo ese año, y en especial este 2017, ha dejado bastantes recuerdos de nostalgia melancolía, he visto cambiar tanto a la gente, así como saber que llego mi momento de actuar y no ser simple espectadora de la vida.
Desde la repentina pérdida de papá, las conveniencias y doble cara de mi padrino, mi prima Marilu y tía Laura, pero también agradables recuerdos como la primera oportunidad laboral que tuve en Planet Media, por ser mi primer empresa en que me desempeñe profesionalmente le tengo una gran gratitud y agradecimiento -aunque entre aquí por proyecto- no se puede decir lo mismo para mi segundo empleo que tuve en la empresa Ecar impresiones, pues aunque la responsable de RRHH, era amable -quizás la única amable, o de las pocas amables, de aquella empresa- en general el ambiente es tedioso y cansado que al final decidir renunciar, ahora sigo en pie de luchar por encontrar un empleo que me llene como profesionista, y valla que en un mal momento se ocurrió, pues hace unos días ocurrió un terremoto similar en magnitud como el que hubo hace 32 años (muchos aún no nacíamos), pero hoy mas que nunca todo es una lucha interminable entre el logro de objetivos y la realización profesional y personal.
No todo ha sido tan malo en este 2017, pues también por otro lado se halla la esperanza hace dos meses nació mi sobrina Sara Ines, primogénita de mi prima Maricarmen Rangel.
Así como empezar a ser un poco más independiente y tener esperanza de publicar mi libro, solo que a veces como todo escritor tengo algunas crisis de falta de inspiración, o tengo ideas pero al momento de transcribirlas como que se quedan atoradas.
Oda Otoñal
Cada día, ha sido una oportunidad
para guardar cada uno de los recuerdos
que se han venido construyendo,
hilvanando o bordando en determino ciclo
Algunos, son agradables o motivantes
que alegran los corazones,
inyectándolos de jubilo y orgullo,
creando el aliciente necesario, para tener evidencia de que se podrá lograr toda meta o sueño por descabellado que parezca.
Otros, no son tan dulces,
es más son hasta sombríos , son aquellos que te permiten
aterrizar a la realidad, evitando perder el suelo cuando
todo pareciera más una fantasia irreal, en vez del mundo real.
Lo importante es hallar el equilibrio,
y de esta forma jamas olvidarnos en soñar, pero tambien en actuar con paso firme.