En ocasiones, las personas tienden a juzgar por encimita de la realidad , creyendo que por no hablar o hablar de manera tan breve y concisa , creen que eres prepotente, arrogante, insensible , que no te interesa nada. Cuando en realidad la carencia de palabras , no tiene nada que ver con lo que piensan ellos, ni con insensibilidad, aún lo contrario somos personas sumamente sensibles capaces de apreciar cada momento, aún el detalle más ínfimo somos capaces de apreciar como la más grande aventura, un ejemplo salir un día cualquiera en la tarde , la simple tarde puede producirnos toda clase de sensaciones según lo experimentado, desde alegría, esperanza, recuerdos de momentos gratos, nostalgia, dulce melancolía, angustia, preocupación, etc. Los trayectos siempre son distintos así como cada día, a nosotros, lo mismo nos da ir solos o acompañados, pues lo mismo aprendemos o conocemos.
No necesitamos hacer interrogatorios, con tal de saber escuchar, observar y comprender , desafortunadamente la mayoría de las personas no nos entienden, somos como la música de antaño o las antigüedades, los jóvenes con ideas contemporáneas dándoselas de modernistas las juzgan de obsoletas, pero al final, son apreciados como clásicos que no pasan de moda y aportan esa magia.
Esperanzas, sueños que brotan
en este jardín encantado ,
añorando salir a la luz,
a través de momentos inolvidables, convertidos en tesoros.
Cada uno de estos tesoros,
son los que nos enseñan a valorar
la inmensidad del mundo esférico y extraño ,
¡No habrá, tesoro de más grande valor!
Cada momento, brota a su debido tiempo
no necesita forzarse , de manera agresiva
todo depende, nada más de las raíces resistents
la tierra sana , que es la madre naciente
Y sobre todo la fuerza de voluntad,
comprensión y cariño por brillar y brotar
más allá , de los limites establecidos ,
por un tirano que impone con la fuerza ,
lo que cree debe ser:
¡ y no lo que uno puede dar !