Semejante a salir una fría tarde de invierno a contemplar el desolado paisaje, cubierto con el manto frío de la navidad, los marchitos brotes que quedaron atrás , la visión que nos remota no es nada acogedora quizás algunos tiendan a deprimirse, pero debajo de todos esto es que ofrece la esperanza de la nueva primavera donde se derretirá la nieve y podrán brotar los primeros retoños que nos harán pensar que no importa que aunque todo ciclo se cierre de forma tan dolorosa también traerá ilusiones y promesas que nos elevarán a seguir nuestra metas convertidos en logros.
Esperando a la orilla de aquel paraje congelado,
contemplando al horizonte las ilusiones que parten,
cuan bandada de golondrinas que se alejan en busca de mejor clima
no debemos agobiarnos, y más aún por que prometen
que llegaran con los primeros rayos de sol.
Donde esas ilusiones se transformaran en brotes que alegraran
el paraje de alegría, entusiasmo y color,
todo es más que momentos que nos acercan para elevarnos hasta la gloria,
entre luz y gracia que nos indica que todo forma parte de nosotros ,
y no debemos angustiarnos , en melancolías absurdas.